miércoles, 2 de septiembre de 2009

España en Oriente Próximo

Por lo general, los españoles somos muy poco dados a seguir las relaciones internacionales. Nos parece algo lejano, cosa de politiqueo y, por tanto, que apenas puede afectarnos en nuestra vida diaria. Cuando llegan las elecciones generales, nuestros políticos (salvo en 2004 y por razones obvias) debaten poco las cuestiones de la política internacional. Esto puede deberse, pienso yo, a que el español medio sufre de una especie de etnocentrismo acusado desde hace muchos siglos (recuerdos de viejas glorias imperiales filipescas y de los desastres fernandescos y noventayochescos), que le hace creer que más allá de los Pirineos y del estrecho de Gibraltar todo el mundo le debe favores y sigue la lógica hispánica del puño sin letra.

Sin embargo, los españoles tienen que ser conscientes del papel que cumple en el mundo nuestro país. Ese papel tiene un párrafo muy destacado en Oriente Próximo y en el conflicto que arrastra desde hace un siglo, en el que España es un muy destacado mediador. No sólo por cercanía, sino también como un deber histórico, su rol no es casual y su actividad, constante.

En Madrid se ha celebrado una conferencia de paz entre los países árabes e Israel en 1991, y acogió en 2002 al famoso cuarteto que pocos meses después pasó a ser dueto y medio y substituyó el poder de las palabras por la sinrazón de balas. España se ha convertido en un interlocutor fundamental en el conflicto de Oriente Próximo por sus buenas relaciones con ambos bandos, y el Presidente del Gobierno fue consciente de ello cuando nombró a Miguel Ángel Moratinos, gran mediador en el conflicto, Ministro de Exteriores.

La Historia también abala a España para ejercer una correcta intermediación. Fueron siete siglos de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos, hasta que a los muy católicos reyes les dio por imitar a la Iglesia de Roma cuando los "herejes" merodean por sus aposentos. Los sefardíes añoran su Sefarad, desde donde proyectaron por el Mediterráneo y hacia el mundo una cultura basada en el pensamiento, la meditación, la palabra y la búsqueda del buen juicio. Y hasta Franco, auspiciado por el clásico antisemitismo español, se escudó en los países árabes para buscar el reconocimiento internacional que tanto le negaba Europa en los años 40 y primeros 50; y lo mejor de todo es que es que pidió perdón por tantos siglos de leyendas negras de moros violando mozas y comiendo gente, y lo consiguió (después nos costó el Sahara, y ahí andan los pobres, que ni españoles, ni marroquíes, ni saharauis).

Desde que en 1986 el Gobierno de Felipe González firmase el acta de renconocimiento formal del Estado de Israel (ciertamente exigido por la CEE para su ingreso), España se ha convertido en un activo mediador en busca de la paz más urgente y difícil del mundo que nos ha tocado vivir. Pese a que hay quien fracasó estrepitosamente en su intento de sacarla del "rincón de la Historia" a costa de vidas "herejes" y de su política internacional vinculada a seguidismos incondicionales, España es una potencia media con relativos márgenes de autonomía en política exterior que hoy por hoy se centran fundamentalmente en tres ejes conexos: Europa, Latinoamérica y Oriente Próximo y Magreb. Este último eje es palpable, como se ha pretendido con la visita de Mahmud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, esta semana a España[1]. Igualmente, considerando la importancia estratégica de España en el conflicto, el apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero al plan de paz de la Administración estadounidense de Barack Obama[2], que tendría su pistoletazo de salida con la reunión entre el dirigente palestino y el israelí Benjamin Netanyahu, es imprescindible para que prospere un intento más de arreglar el Desaguisado del Siglo. Además, supone que España, en cuanto asuma la presidencia de la Unión en enero de 2010, le tenga que dar un buen empujón al tan necesario compromiso de Europa en el conflicto.

Para aquellos españoles que no adolezcan de mayor interés en política internacional que la resolución del Parlamento Europeo sobre el precio de las llamadas telefónicas de Ámsterdam a Barcelona, aclararles que España, dentro de su capacidad de potencia media, tiene un papel fundamental en el mundo y un deber que no podemos obviar. Y tanto como lo tiene España, lo tiene la ciudadanía española.
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[1] El Mundo. "El Rey, Zapatero y Moratinos reciben en Madrid al presidente palestino". Miércoles, 2 de septiembre de 2009. http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/02/espana/1251881784.html
[2] El País. "Zapatero comunica a Abbas que respalda el plan de Obama en Oriente Próximo". Miércoles, 2 de septiembre de 2009.
http://www.elpais.com/articulo/espana/Zapatero/comunica/Abbas/respalda/plan/Obama/Oriente/Proximo/elpepuesp/20090902elpepunac_5/Tes
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