domingo, 19 de septiembre de 2010

¡Canta, José Antonio, canta!

Caricatura: www.10lineas.com/labordeta

José Antonio, estamos como los viejos árboles batidos por el viento que azota desde el mar, y hoy hemos perdido paisajes y esperanzas en nuestro caminar. ¡Adónde se quedaron las sombras de aquel tiempo, la luz y aquel color!

Ya ves que vamos avanzando, cumpliendo este camino. Pero ¡canta, José Antonio, canta!, que aquí hay mucho que cantar, que este silencio de hierro ya no se puede aguantar. Caminemos hasta el momento en que las manos sea fraternidad, de pueblo a pueblo, de isla a isla, de casa a casa, de ciudad a ciudad; de viejo a joven, de amor a amante, de padre a hijo.

José Antonio, tu ejemplo hace con el futuro un canto de esperanza y poder encontrar tiempos cubiertos con las manos, los rostros y los labios que sueñan libertad. Gracias a tí, José Antonio, seguro que habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad, porque soplas duro, soplas de golpe liberándonos a todos de quien nos oprime.

¿Adónde vas, zaragozano, por esa tierra cercada? Tú, José Antonio, que acarreaste la lluvia, la piedra, el viento, que aserraste la madera, la voz y el hierro. No te quedes en la puerta, entra hacia adentro, que de la cocina, el fuego es tuyo. Quisiera cobijarte en una tierra de montaña, o de ríos, o de dura sierra, viendo como el paisaje surge creciendo de bosques o praderas, carbón o trigo. Sin embargo, hoy siento que ese paisaje que metiste a medias en una humilde mochila, a medias en tu corazón, se ha quedado huérfano.

Arremójate la tripa, José Antonio, que esta es tu albada, la del que se fue, que quiso volver un día pero no pudo ser. Te recordaremos como un árbol sano, como un pájaro en el aire, como el nuevo verano, como un lobo aguerrido, como el hombre con mayúsculas, porque eres paloma al viento, huracanes de luz, vendavales de llanto, ríos de juventud, o tan solo unas manos unidas a tu voz.

Ahora que ya llegaste al mar, José Antonio, déjanos que con tus manos nos unamos a la esperanza de los que siempre creen que la vida se alcanza y pintemos una plaza donde de la violencia sólo queden campanas. Nadie cerrará tus ojos ahora que estás callado.

Te fuiste así, dispuesto a regresar a la casa de tu padre, y ya estás con Miguel y con esa vieja que está sentada junto al hogar acariciando la lumbre. Te fuiste al polvo, humilde y campesino, como una acaricia vieja al borde del camino. Compañero, hasta aquí hemos llegado y nosotros ya te echamos de menos.

Gracias por todo, maestro.



De conciertos

Los Suaves en pleno concierto el miércoles 15 de septiembre.
(Foto con mi móvil, ninguna maravilla)

Un año más llegaron las fiestas de Guadalajara y un año más pasaron. Y como siempre, no se podía dejar escapar los conciertos, de miércoles a sábado, distintos estilos, grupos más o menos de moda, con más o menos tablas, con más o menos caché (a veces excesivamente exagerado). La mayoría fueron pagando, algunos gratuitos, pero se celebraron todos a pesar de las tormentas diurnas y las amenazas de lluvia de la noche.

El miércoles 15 abrió Paloma San Basilio en la plaza de Santo Domingo. Apenas estuve cinco minutos, pero me dio a entender el tirón que merecidamente todavía tiene a juzgar del llenazo en la plaza, pese a que la acústica no favoreció la potente voz de la cantante.
Mientras, en la Fuente de la Niña se preparaban dos grupos de Guadalajara, participantes del último DOG, que telonearon a los míticos Los Suaves. La última vez que les vi, Yosi, el vocalista y letrista del grupo, mostraba una patética imagen de alcohólico, con su botella de güisqui Passport a lingotazo limpio, olvido de letras y equilibrismo en las torres de sonido. Esta vez, parecía bastante recuperado, aunque no sereno, o al menos pudo unir letra tras palabra hasta completar todas las canciones de principio a fin. Eso sí, el espectáculo estaba asegurado, la fuerza de estos viejos roqueros se palpaba en todo el recinto y no defraudaron. Sí se notó que los últimos discos no han tenido el calado que los anteriores a Si yo fuera Dios y el público vibró mucho más con clásicos como Malas noticias, Maldita sea mi suerte, Si pudiera, Dame rock&roll o la incombustible Dolores se llamaba Lola, bastante más agradable en las cuerdas suaves que en las de las orquestas feriantes; aunque se echaron de menos algún tema como No me mires (petición personal). Aún sin ser el mejor concierto de Los Suaves, el espectáculo fue más que notable, mucho mejor de lo que me esperaba. "Dios es Suave".

El jueves casi se le agua la fiesta a Tamara (la de los boleros), pero después de una fuerte tormenta que remojó, y bien, a los atletas de la Milla Urbana y el canicross, la melódica desafió a las oscuras nubes y saltó al escenario de Santo Domingo, algo que se agradece. Otros asuntos me impidieron asistir al concierto, pero pude ver como la gente acudía en masa a agradecer a Tamara su profesionalidad y compromiso.
A las 11 de la noche aparecían en el cartel de la Fuente de la Niña unos tal Fondo Flamenco. Ni idea de quiénes son. Trato de informarme y lo primero que llega a mis oídos es que se trata de una especie de Andy y Lucas rejuvenecidos. Ante esta información dudo si buscar en la Internet algo de ellos, pero finalmente trago saliva, respiro hondo, le echo un par de huevos y me meto en el Youtube a ver algún videoclip suyo. Con algo más de 30 segundos me bastó, no estaba dispuesto llenar mi ordenador de más virus. Y mi sospechas se confirmaron, de repente, a eso de las 10 de la noche, cuando Guadalajara se emprezó a llenar de chonis, yenis, poqueros y toda esa clase de calaña socialmente prescindible. Evidentemente, y como usted, lector, puede comprender, no estoy dispuesto a arriesgar mi vida (y diez euros de mi bolsillo) por infiltrarme a ver de qué iba aquello.

El viernes llegó el plato fuerte. Desde días antes las entradas anticipadas (unas 7500) estaban agotadas para ver el concierto doble de Despistaos y La Fuga. Y es que el concierto tenía miga: Despistaos volvían a tocar en su tierra después de varios años y La Fuga se presentaba sin Rulo al micro y con un desconocido Pedro como su sustituto.
Despistaos trató de ganarse al público desde el principio con el himno del CD Guadalajara para empezar y vestidos con camisetas de algunas peñas de Guadalajara. Y lo hubiesen conseguido por completo de no ser por lo flojo de casi todas sus canciones (sobre todo de 2006 para acá). Pero son de la tierra, ¡qué más da! El cachondeo y la diversión estaba asegurada, y las sorpresas. La primera, con los primeros bises. Los Despistaos se marchan y tras un minuto aparecen unos tipos vestidos con mono naranja. Son LosDelGás, que nos brindan su Feisbuk con todo el buen humor del mundo y con los Despistaos. Todo tenía explicación, LosDelGás tocaron más tarde en el escenario que tiene la peña Caracol en el parque de la Concordia (¡cómo manejan estos caracoles!). Pero no fueron los únicos invitados; también Pedro, el nuevo cantante de La Fuga, les acompañó en un tema, una chiquilla joven que no sé quién es en otro y en Mi nevera, tema de su primer y mejor disco, salieron representantes de algunas peñas a hacer un poco el cabra en uno de los mejores momentos del concierto. El tema les quedó niquelado. El concierto finalmente fue largo y divertido, incluso permitieron que el público cantase Cada dos minutos; lástima que unas canciones tan "poperas" no tengan fuerza, por mucho que lo intenten disfrutando sobre el escenario.
A continuación, La Fuga. Y saltaba primero Pedro, que trató con el público como si llevase toda la vida dando voz al grupo. Y desde luego sorprendió; el concierto que ofrecieron fue sobresaliente y el nuevo vocalista mostró una soltura y una voz que dejó unas sensaciones magníficas. Se metieron al público desde el primer momento y el mismo comentario se reproducía entre los asistentes: "Pues el cantante nuevo me gusta". Otro concierto de más de dos horas, con mucho espectáculo, un público entregado y unos músicos dándolo todo sobre el escenario. Sin duda, el mejor concierto de las fiestas de Guadalajara. Lo peor, la falta de previsión de la organización, que no contaron con las cinco horas entre retrasos, cambios de escenario y conciertos que finalmente provocó que algunos se marchasen y otros se quedasen sin disfrutar de otro de los actos más seguidos de esta semana festiva, los toros de fuego.

El sábado, el chico ese de rizos que da saltos, que algunos han querido meter entre los cincuenta españoles más influyentes de la historia (¡manda huevos!). Pero David Bisbal se vio con dos fuertes oponentes: uno Pereza, que tocó el mismo día, a la misma hora y por cinco euros menos a 15 kilómetros, en Azuqueca, y otro él mismo, que ya empieza a cansar de tanto actuar aquí. Convencido estoy de que dentro de dos años vuelven a contratarle, todo por contentar a las quinceañeras del momento, futuras votantes potenciales, hasta que las arrugas terminen de minar los gallos de su garganta. Evidentemente, con su bochornosa actuación durante la celebración del mundial, con la machacona repetición de sus cuatro canciones en bares y medios de comunicación y hasta las narices de que me intenten vender la chorrada de que es un ejemplo que ha sabido hacerse la carrera a sí mismo (¡ja!, me descojono), tengo mucho más que excesivamente suficiente y no quise ni acercarme por allí cerca no vaya un berrido suyo a destrozarme aún más los tímpanos. Al día siguiente los periódicos abrían, como no, peloteando el concierto del "triunfito" y apuntando después que tuvo menos público que La Fuga y Despistaos (y menos del esperado, ¿por qué no decirlo?).

Todo esto es lo que dieron, más o menos, los conciertos de las ferias y fiestas de Guadalajara de este año. Ahora nos queda esperar otro añito más para disfrutar (o no) de música (o algo parecido) en masa (y de cachondeo festivo).

jueves, 9 de septiembre de 2010

No hay conciencia tranquila sin conciencia

Hoy hace un mes que me pediste, más allá de orondas formas, que te escribiese algo a tí, por deleite propio. Pues es el momento de dedicarte con mucho gusto unos pocos renglones, no demasiados, no vaya a vanagloriarte en exceso tu orgullo.

Pocos años antes de que el niño nazareno llegase a la vida de los hombres, escribía Cicerón, excelso orador y no despreciable pensador (lo que fue profesión de culto, hoy es desprecio de andrajos omnipotentes), que "la fuerza es propia de las bestias" y que "se causa injuria de dos maneras: por la violencia propia del león y por el fraude propia de la zorra; ambos son sumamente ajenos al hombre, pero el fraude es mucho más odioso". Alguien vil no conoce más que las armas de la zorra y trata de usarlas en beneficio únicamente propio; no le importa su entorno, ni lo que dice querer, se vuelve fulero y es inconsciente de las consecuencias. Pero si lo hace conscientemente demuestra su bajeza propia de las ratas. Me agrada pensar que ese acabe degradándose en sí mismo, hediondo, recubierto de todo el abono que ha ido restregando en su piel.

Quisiste entrar como un gallo en el corral, rodeado de gallinas inquietas dispuestas a prestar sus huevos a tu envanecimiento glorioso. Un gallo puede ganarse su puesto con nobleza y gallardía y sacar pecho ante sus semejantes de su buena posición. Pero también puede entrar de gallito, hecho un espantajo de higuera, dejar a sus gallinas cluecas y volverse el hazmerreír del corral. Lo triste de de este último es que ya lo fue más veces, lo malo es que por llenar su ego vacío es capaz de hacer daño para al final sumar cartas en favor de su ridícula imagen bien ganada antes, y lo peor es que es capaz de repetir el proceso tantas veces cuantas pueda. Muy a tu pesar, demostraste que la galanura no es virtud que te sea a bien, sino que adoleces de abyecta rastrería, como el Leviatán del sexto pecado.

Intuyo que escribí cosas que no alcanzaste a entender. No pretendía que lo comprendieses porque una mente de tu calibre difícilmente puede hacerlo, a no ser que se te dirija bonitas palabras cual rey despótico e inconsciente. No se puede tener la concienca tranquila sin conciencia, algo imprescindible para no corromper la libertad de sus corazones. Y acabo con una frase que escuché radiada no hace mucho, no recuerdo en boca de quién: "desconfía del que no sabe reírse de sí mismo".