domingo, 14 de junio de 2009

¡Qué bonita te has puesto, Guadalajara!


Un árbol enfermo de San Roque ha vuelto a cobrar vida: se ha convertido en el achuchón de dos amantes. Escultores alcarreños han rendido un homenaje para los jóvenes enamorados de Guadalajara, que son el presente y el futuro de una ciudad que se ha vestido este fin de semana con sus mejores galas.


El verano comienza a arreciar entre las flores y las terrazas de San Roque, y unos metros más adelante los niños cruzan las calles a los lomos de un pequeño poni, o conquistan los mares en un barco pirata, o viajan por el mundo con historias y juegos que los graciosos bufones preparan para ellos, mientras, con los mayores, disfrutan de sabrosos crepes, de dulces caramelos de todos los sabores imaginables, de contundentes churrascos y kebabs. Quien no come, se prueba unas alhajas, intentan juegos de ingenio o tratan de preparar un viaje a través de antiguos mapas. El parque de la Concordia se ha convertido en un gran zoco donde los guadalajareños disfrutan del mercadeo más propio de Marrakech que de la recóndita Castilla.

La marea de ciudadanos camina calle Mayor abajo, sorteando zanjas y socavones, hasta el palacio del Infantado, erigido en el templo de la magia y la imaginación. Guadalajara es más que nunca la Ciudad de los Cuentos. En la abarrotada plaza de los Remedios, un escenario decorado con soles y lunas sirve de diversión interactiva para pequeños y mayores; en la fuente, una decena de chiqueros se lo pasan en grande correteando entre los chorros de agua tratando de sofocar el intenso calor de junio. En los jardines de palacio se juntan amantes de los libros de cuentos, poetas emulando a Cyrano de Bergerac, aquéllos que disfrutan con un buen té y chavales correteando entre el laberinto de arbustos. Los alrededores de palacio se ha convertido en un ir y venir de gente. Y dentro, en el patio de los Leones, los auténticos protagonistas de este mágico lugar. Ciudadanos de todas las edades, de todas las nacionalidades, hablantes de muchísimos idiomas, varones y mujeres, gente de Guadalajara, España, Europa, África, América, Asia y Oceanía, que se suben al escenario para compartir con todos, los presentes o los que lo siguen a través de las ondas y la red de Radio Arrebato, lo más maravilloso y real del ser humano, los cuentos. Uno detrás de otro, día y noche, durante cuarenta y seis horas seguidas, historias y recitadores levantan la sonrisa de una ciudad que se ha engalanado para recibirlos.

¡Qué bonita te has puesto, Guadalajara! Y así te queremos siempre.



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