sábado, 20 de junio de 2009

Individualismo deportivo


El antaño Presidente del Gobierno de España, el hoy “emérito” José María Aznar, puso de moda durante su etapa de servicio al país un deporte cuarto y mitad tenis, cuarto frontón: el pádel[1]. A esto se le ha unido el éxito del insigne tenista Rafa Nadal, que por otra parte no cabe más que levantar mi admiración.

Desde entonces, en las ciudades y urbanizaciones de lujo españolas ha habido una fiebre de construcción de pistas especializadas para estos deportes. En el caso de Guadalajara se ha llegado incluso a eliminar pistas de fútbol sala y baloncesto (muy escasas en toda la ciudad, por cierto) en favor de las de pádel[2]. Es decir, donde antes jugaban habitualmente diez o doce ahora juegan dos o cuatro, y de vez en cuando. Además, mientras se planea construir una ciudad del tenis con no sé cuántas pistas que se añadirán a las tropecientas ya construidas en toda la ciudad (todas ellas de alquiler, para fomentar el deporte), solamente se está construyendo un par de campos de fútbol 7 y una cancha de futbol sala, voleibol, baloncesto y demás juegos de cancha polideportiva en el nuevo polideportivo de Aguas Vivas.

Todo esto responde a una nueva concepción del mundo que bebe del individualismo neoliberal más feroz. Desde las administraciones (sobre todo locales y autonómicas) se ha fomentado la práctica de estos deportes de competición individual o colegiada en pareja, donde lo que priman son el esfuerzo de superación individual y de competencia directa ante el rival. Frente a esto, aparecen denostados los deportes colectivos, donde priman la solidaridad y la cooperación entre compañeros para vencer al contrario.

Guadalajara debe ser una de las ciudades de España con menos campos de fútbol por habitante, y una en las que más canchas de tenis y pádel habrá proporcionalmente. Una apuesta absoluta por el individualismo propugnado por el liberalismo más extremista de corte austríaco-chicagüense y expandido al mundo desde los dólares de Wall Street y el celuloide hoollywoodiense. En frente, unos valores solidarios europeos que han de identificarnos y que estamos perdiendo.



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[1] Adaptación gráfica informal, ya que, de lo novedoso que es, el diccionario del la Academia de la Lengua Española todavía lo llama paddle, en inglés.

[2] Me refiero a las del complejo deportivo de San Roque.

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